Un error de novato en el trabajo remoto

Jueves por la mañana. Día de firma de boletas en la escuela, un evento que todo padre espera con añoranza y curiosidad. En mi caso, a esos sentimientos se sumaba el nerviosismo de estar en horas laborales. Porque sí, el trabajo remoto tiene ventajas, pero no todas las empresas están realmente adaptadas a esta modalidad; algunas, en lugar de confiar en sus empleados, parecen más bien acosadores laborales.

Aun así, decidí arriesgarme y asistir a la junta escolar, tomando algunas precauciones para estar al pendiente de cualquier situación urgente en el trabajo. Pero, como temía, sucedió lo inevitable: una llamada laboral.

Cuando miré el teléfono, ya era tarde. Una llamada perdida.

En ese instante, mi cuerpo reaccionó de inmediato: las manos sudaban, el corazón se aceleró y mi boca se secó. Esto tendrá consecuencias, pensé.

Tan pronto estuve disponible, contacté al líder técnico del equipo. Para mi sorpresa, no estaba molesto ni alterado por la falta de respuesta. Coordinamos una llamada, y al poco tiempo se unió otro compañero senior. Como es costumbre, nos saludamos y comenzamos a hablar sobre el estado de nuestras tareas.

Aquí hay un detalle importante: este era mi primer trabajo remoto como desarrollador iOS. Llevaba poco tiempo en la empresa y, como suele suceder en México, trabajaba para una consultora que me tenía asignado a uno de sus mayores clientes. A pesar de que la empresa era grande, no tenía una metodología de trabajo bien definida. Era un híbrido extraño entre metodologías ágiles y cascada. No había un tablero claro con tareas asignadas, o al menos yo no lo conocía en ese momento. Tampoco sabía quién era el Scrum Master o el rol equivalente.

Después de discutir mis tareas actuales, el líder técnico me pidió que tomara dos tareas adicionales de un compañero. Aquí cometí el error más grande:

Por la culpa que sentía por haber perdido la llamada, acepté sin cuestionar. No revisé el alcance de las nuevas tareas ni consideré que faltaba solo una semana para la fecha límite del sprint. Simplemente dije “sí” sin pensarlo demasiado, un reflejo de querer demostrar compromiso, aunque en realidad estaba comprometiéndome más de lo que debía.

Los errores cometidos

Si has trabajado en desarrollo de software, seguramente ya notaste los errores en esta historia:

  1. Acepté tareas sin analizarlasEn un equipo bien organizado, antes de reasignar tareas, se debe hacer una revisión con el Project Manager y el líder técnico para determinar su prioridad y verificar si el equipo tiene la capacidad de asumirlas. Yo no hice esto. Simplemente tomé las tareas sin cuestionar si eran urgentes o si se alineaban con los objetivos del sprint.
  2. Faltó comunicaciónComo miembro del equipo, debí haber informado sobre las nuevas asignaciones en las reuniones diarias. Pero como mencioné antes, esta empresa tenía una metodología tan híbrida que ni siquiera contábamos con reuniones de seguimiento claras. Esto generó un vacío de información donde nadie estaba al tanto de los cambios en mis tareas.
  3. No prioricé mis responsabilidadesYa tenía asignaciones importantes, y en lugar de enfocarme en cumplir con ellas, tomé más trabajo del que podía manejar sin analizar el impacto en mis entregables.
  4. No conocía bien los procesos de la empresaEn mi desconocimiento del sistema de trabajo, asumí que tomar tareas adicionales era la forma correcta de actuar. Pero en realidad, cada cambio en la planificación debía discutirse con el equipo y analizarse su viabilidad.

Las consecuencias y la solución

El deadline llegó y yo solo tenía una parte de las tareas terminada. Como nunca mencioné nada, el equipo asumió que todo estaba bajo control. Los problemas no tardaron en explotar: estrés, llamadas de atención, pérdida de confianza del cliente y, por supuesto, horas extra para terminar el trabajo.

Cuando el Scrum Master finalmente pidió hablar conmigo, fue hasta ese momento que lo conocí. Para mi sorpresa, no tenía idea de las tareas adicionales que me habían asignado. Solo conocía el resultado: tareas no terminadas, fechas incumplidas y un cliente insatisfecho.

Para corregir la situación, tuvimos que reorganizar el sprint. Algunas tareas se reasignaron y otras se fragmentaron para permitir una entrega más ágil. Pero la lección más grande vino después: tuve que trabajar horas extra para recuperar el tiempo perdido. Aunque al final las tareas se completaron, el daño ya estaba hecho. Había perdido credibilidad ante el equipo y el cliente.

Aprendizajes clave

  1. No aceptes tareas sin evaluar su impacto. Antes de decir “sí” a más trabajo, pregúntate: ¿cómo afectará mi carga actual? ¿Está alineado con el sprint? ¿Mi equipo está al tanto de este cambio?
  2. La comunicación es clave en el trabajo remoto. En un ambiente presencial, es fácil mencionar un cambio en una conversación casual. En remoto, la información se pierde si no se documenta adecuadamente.
  3. Las metodologías de trabajo importan. No todas las empresas siguen Scrum o Kanban al pie de la letra, pero si no hay una estructura clara, es responsabilidad del equipo aclarar cómo se manejan los cambios y asignaciones.
  4. Aprende a poner límites. Aceptar más trabajo del que puedes manejar no te hace un mejor empleado; al contrario, puede llevar a entregas tardías y pérdida de confianza.

Cómo evitar estos errores en el futuro

Desde esta experiencia, he mejorado mi forma de manejar las asignaciones y la comunicación en el trabajo remoto. Ahora, cuando me piden que tome una nueva tarea, sigo estos pasos:

  • Pregunto sobre la prioridad. ¿Es urgente o puede esperar al siguiente sprint?
  • Reviso mi carga actual. Si tengo mucho trabajo, comunico que no podré asumir más tareas sin afectar otras entregas.
  • Solicito que la asignación se haga de forma oficial. En un tablero de tareas o mediante una comunicación formal con el equipo.
  • Hago seguimiento diario. Si una tarea se complica, informo de inmediato en la reunión diaria o a través de los canales adecuados.

El trabajo remoto sigue siendo un reto para muchas empresas y empleados. Sin procesos claros, es fácil caer en sobrecarga laboral o en falta de comunicación. Sin embargo, con las estrategias adecuadas, podemos evitar estos errores y mejorar la colaboración en equipo.

¿Has cometido algún error similar en el trabajo remoto? ¿Cómo lo manejaste? ¡Cuéntame tu experiencia! 😊

Notas

  1. Scrum.org. (2023). “Scrum Guide: Official Scrum Framework”. Disponible en: https://www.scrum.org
  2. RemoteWorkHub. (2022). “Best Practices for Remote Teams”. Disponible en: https://www.remoteworkhub.com
  3. Atlassian. (2023). “Agile vs Waterfall: Choosing the Right Methodology”. Disponible en: https://www.atlassian.com/agile

Comments

  • Me encanta tu blog. Me encanta que compartes las dificultades que tienes en el día a día y que reflexiones vas encontrando con cada una <3

    1. ¡Gracias de corazón por tu mensaje! 💖 Me alegra muchísimo saber que lo que comparto resuena contigo. Para mí ha sido todo un reto abrirme y mostrar también el lado difícil del camino, pero creo que justo ahí es donde más aprendemos. Gracias por estar aquí y por acompañarme en este proceso

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